Los investigadores califican de “alarmistas” a los críticos de los cigarrillos electrónicos

Actualmente existen entidades y personas en oposición al uso de los cigarrillos electrónicos, incluso la OMS ha mostrado ciertos desacuerdos en su uso recomendando prohibirlo en ciertos sitios. Contrario a esta opinión negativa, muchos médicos e investigadores a favor del uso de este tipo de aparatos ha lamentado la postura negativa de estos críticos calificándola como “alarmista”.

Lamentablemente esta contrariedad de opiniones tiende a confundir a quienes están pensando en utilizar cigarrillos electrónicos con el fin de abandonar el tabaquismo. Ante esta situación es importante analizar los argumentos establecidos y principalmente los resultados que se han obtenido a nivel mundial con esta clase de dispositivos sin combustión.

¿Qué dicen los críticos?

Las organizaciones como la OMS y la Comisión de Salud Pública han tenido una clara postura en contra de los e-cigarrillos estableciendo que su uso puede ser un estimulante para que aquellas personas que aún no son fumadoras comiencen a hacerlo con tabacos por combustión. Esto da a entender que, según estas organizaciones, el cigarrillo electrónico puede tener el efecto contrario a dejar de fumar.

Así mismo, han afirmado que su efecto en la salud es tan o incluso más dañino que los cigarrillos comunes al publicar que estos aparatos electrónicos generan un vapor compuesto de nicotina con un grado igual o mayor que los tabacos causando así los mismos efectos adictivos y fisiológicos. Basándose en esto estas organizaciones han pedido que se prohíba su uso en áreas públicas y de trabajo a fin de evitar daños en quienes no son fumadores y se exponen al vapor.

¿Que opinan los investigadores sobre las afirmaciones de los críticos?

Tanto científicos, como médicos a nivel mundial han cuestionado y calificado de alarmistas estas afirmaciones de algunas entidades de salud, lamentando tal situación. Según las encuestas mensuales realizadas en Inglaterra por Smoking Tool la cantidad de personas no fumadoras que utilizan e-cigarrillos representan menos del 1% de la población, lo cual elimina la idea de que estos dispositivos estén estimulando el uso de tabaco.

Por otro lado, se ha reconocido abiertamente que estos aparatos contienen ciertas toxinas; no obstante, los expertos Robert West y Jamie Brown afirman que los e-cigarrillos no tienen ni la vigésima parte de las concentraciones de toxinas y cancerígenos que posee el tabaco. Esta afirmación está apoyada por investigadores del Centro Nacional de la Adicción ubicada en Londres y la Unidad de Dependencia del Tabaco perteneciente a la Queen Mary University.

Cabe indicar que las entidades mencionadas anteriormente a favor del uso de los e-cigarrillos han analizado la investigación de la OMS publicada en la revista “Addiction” y concluyeron públicamente que las suposiciones publicadas son completamente engañosas, ante lo cual la Organización Mundial de la Salud no ha respondido nada.

Lo cierto es que según un equipo de investigación del University College de Londres se pueden llegar a salvar hasta 6 mil vidas al año si cada millón de personas adictas al tabaco comienza a utilizar los cigarrillos electrónicos. El profesor Peter Hajek ha mencionado que los riesgos son demasiado mínimos y algunos ni siquiera existen, mientras que los beneficios son enormes y los resultados obtenidos completamente positivos.